¿Alguna vez te has preguntado cómo las fotografías de alimentación pueden hacer que tu boca se haga agua? La clave está en capturar la textura. Una buena fotografía gastronómica no solo muestra el plato, sino que te invita a sentir su sabor y textura. En esta entrada, desvelamos técnicas esenciales para capturar imágenes que no solo sean un festín para los ojos sino también para el paladar.
1. Iluminación: Tu Mejor Aliada
La iluminación puede hacer o deshacer una fotografía. Para resaltar la textura, utiliza una luz lateral. Esto crea sombras y realza los detalles, desde el crujiente de un pan recién horneado hasta las gotas de condensación en una bebida fría.
2. Ángulos Estratégicos
No todos los alimentos se fotografían igual. Experimenta con diferentes ángulos. Un ángulo cenital funciona excelente para platos planos, mientras que un ángulo lateral puede captar mejor la altura y la profundidad de un buen filete.
3. Macro: Entra en los Detalles
La fotografía macro te permite capturar detalles que a menudo se pasan por alto. Usa un lente macro para acercarte y captar la textura de los ingredientes, como las semillas de una fruta o los granos de sal en un trozo de chocolate oscuro.
4. Contraste y Composición
Juega con el contraste de texturas y colores. Un fondo neutro puede hacer que un plato colorido destaque, y la inclusión de utensilios rústicos puede agregar un toque de autenticidad.
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